25 de juny 2012

Crítica a Take Shelter

[Publicada a Tu peli (04/04/2012)]

Puntuació: 

El apocalipsis está a la vuelta de la esquina y cada día hay algo que nos lo recuerda. Después de la calma –siempre relativa– da la sensación que va a llover abundantemente: mucha agua, rayos, truenos y demás. Nostradamus, los mayas y compañía lo tenían claro, y ahora lo pagamos con una suerte de psicosis colectiva que, con mayor o menor grado de superstición y más o menos caso, se suma a la dichosa y sudadísima crisis mundial, síndrome inequívoco de que algo no marcha. Y cómo no, el cine, siempre tan permeable, sigue siendo un diáfano reflejo de todo ello; desde hecatombes a gran escala hasta íntimos apocalipsis afloran en las pantallas marcando una clara tendencia en la ciencia ficción de estos días. El optimismo tecnológico y los futuros lejanos han sido momentáneamente eclipsados por un nubarrón oscuro cargado de desesperanza. Futuros cercanos, epílogos de la vida, es lo que predican últimamente Abel Ferrara o Lars von Trier, John Hillcoat –con permiso de Cormac McCarthy–o Xavier Gens, Terrence Malick o Roland Emmerich, etc.

La última muestra de esta tendencia nos llega desde los Estados Unidos, una potentísima obra que describe un fin de los días interior, personal, que se expande perniciosamente en la cotidianeidad familiar. La película, dirigida por Jeff Nichols, habla de cómo Curtis, hombre de clase media y mediana edad y prototipo de padre de familia yanqui, empieza a soñar en tormentas de consecuencias desastrosas a la vez que le invade, progresivamente, la sensación de constante amenaza. Los sueños se repiten y la paranoia va en aumento, resultando todo ello una réplica perfecta al Jack Torrance de Stanley Kubrick y Stephen King. Si en El Resplandor era una creciente hostilidad hacia los allegados lo que invadía la mente del protagonista, en Take Shelter es la voluntad de proteger la que deviene asfixiante e insostenible.

Pero no es sólo lo que explica Nichols, también es cómo lo hace. Su discurso es poesía existencialista, indie en estado de gracia que convierte en arte una inquietud social latente y palpable, emocionalmente próxima por su contexto y, aunque ficticia, huidiza de inverosimilitudes y utopías. Es la constatación de que el hombre ya no es un lobo para el hombre cuando algo mayor se cierne sobre él y le arrebata su divino trono y su aureola postiza, dejándolo desnudo ante algo mayor, fuera de su alcance. Demencia o apocalipsis, Take Shelter lo expone calmo y sereno mientras se acerca la tormenta, sólido en su técnica y perfectamente afinado en sus actuaciones, magistral continuación de una saga involuntaria y terrible que empezó hace poco, con Carreteras, Árboles y Melancolías…

Lo mejor: su atmósfera costumbrista y preapocalíptica.

Lo peor: que haya quien la califique de lenta.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada