[Publicat a Tu peli (20/03/2012)]
Este segundo día del
Festival de Sitges comenzaba pronto, muy pronto. Eran las ocho de la mañana y
ya estaba haciendo cola para ver la primera película de la jornada, a la que la
verdad entraba con pocas expectativas. Se trataba del film Insensibles, relato de terror con guerra de trasfondo que se me
antojaba a reedición de películas hacia las que no siento ninguna debilidad
como El laberinto del fauno (Guillermo del Toro, 2006) o la
desastrosilla Intrusos en Manasés (Juan Carlos Claver, 2008),
que tuve el placer de visionar cuatro años atrás también en Sitges. El caso es
que, quizás por culpa de las expectativas, la película de Juan
Carlos Medina ha sido para mí una
grata sorpresa, buen desayuno para empezar el día. Insensibles es un relato a
dos tiempos que compagina la Guerra civil española e inicios de la dictadura
franquista con la actualidad, enlazándolo con una trama médica de enfermedades
inexplicables y terapias más que discutibles. Unos niños incapaces de sentir
dolor son internados en una clínica en la que crecerán, y que más adelante devendrá
el centro neurálgico de la acción. El principal logro de este film, a
diferencia de tantos otros y de los anteriormente mencionados, es que consigue
crear historias paralelas con fuerza propia, que no se necesitan la una a la
otra para ser interesantes y tener fuerza. Tanto el relato histórico como el
actual conmueven, dejan poso gracias precisamente a su independencia,
culminando con clímax para mi gusto demasiado peliculero pero aun así bien
logrado que se nos antoja una Incendies (Denis Villeneuve, 2010)
pasada de vueltas al más puro estilo Sitges. Muy estimable, en todo caso, la
ópera prima del director catalán.