10 de des. 2012

Crítica a Magic Mike

[Publicada a Tu peli (10/2012)]

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Soderbergh es un director bipolar, más por estilo que por su indiscutible calidad, al que le gusta transitar entre el cine más independiente y los hits de masas, moviéndose como pez en el agua ya sea en los más pequeños riachuelos o en los grandes y concurridos océanos. Da la sensación, de hecho, que las grandes producciones dirigidas por Soderbergh son más bien fiestas de alto standing, celebraciones entre amiguetes supermediáticos que se lo pasan de fábula actuando para él, y ya sea en clave de comedia o dramática, le siguen el rollo sin rechistar. De lo que no cabe duda, en todo caso, es que una de las virtudes del de Atlanta es la dirección de actores, a los que hace seductores y creíbles por unanimidad. Desde máximos exponentes como Michael Douglas o Cate Blanchett hasta noveles sin experiencia como Gina Carano o Sasha Grey, todos pasan por el filtro bordando actuaciones remarcables, acrecentadas además por la imaginería cool de Soderbergh, tan elegante y tan estilosa.

Magic Mike sería más bien uno de esos riachuelos, de rumbo alternativo aunque cercano a lo mediático que centra la mirada en los clubes nocturnos y el ocio femenino de la despedida de soltera, los bailes entre culos musculosos y depilados y el tíobuenismo en general, hablándonos de amor en un contexto por supuesto desinhibido pero sobretodo inusual, lo que es de agradecer. Un Matthew McConaughey en plena madurez artística –ya deleitaba hace poco con Killer Joe (William Friedkin, 2011), y con ésta suma y sigue–, hace de maestro de ceremonias de este particular show, más espectacular que redondo, protagonizado por Channing Tatum, Olivia Munn y Alex Pettyfer. Parece que, en este caso, el director tenía más claro el tema que la trama, a la que delega un segundo plano dejando a los actores cautivar al público con su dulce banalidad, elemento constante en la filmografía de Soderbergh. Vuelve así a las atmósferas intimistas de Bubble (2005) o de The Girlfriend Experience (2009), de tonos ocres y diálogos concisos que transmiten calidez, en constante contraste con las noches de lujuria y desenfreno.

El mágico Mike es un espectáculo que vale la pena contemplar, no sólo por el show en sí, también por el microcosmos del backstage, mapa de relaciones personales, amoríos y sexo, terreno de Sodergergh y McConaughey, Munn y un Tatum que se desnuda en todos los sentidos y ofrece un gran papel protagonista.

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